Descripción General

El término "paisaje" se refiere a la percepción del entorno natural y cultural que nos rodea, abarcando tanto los elementos físicos como las dinámicas sociales y ecológicas que los moldean. Se entiende como una construcción multidimensional, en la que la interacción entre la naturaleza y las actividades humanas genera una configuración única, que puede ser apreciada tanto desde el punto de vista estético como funcional.

Desde una perspectiva normativa, el paisaje no solo es valorado por su belleza visual o su biodiversidad, sino también por su importancia en el ordenamiento territorial, la planificación ambiental y la preservación del patrimonio. Es un recurso clave para el bienestar de las comunidades y su desarrollo sostenible, ya que influye en la identidad, la cultura y la calidad de vida de sus habitantes.

El paisaje de la zona histórico-basilical de Luján está profundamente marcado por su historia religiosa y su condición de centro de peregrinación mariana en Argentina. La Basílica de Nuestra Señora de Luján, como eje central, domina el espacio con su arquitectura neogótica, concebida no solo como un edificio de devoción, sino también como un símbolo territorial que trasciende lo local. Según el geógrafo Fabián Flores, este paisaje está lleno de geosímbolos, elementos materiales e inmateriales que recuerdan el relato histórico-religioso de la ciudad. Estos geosímbolos están presentes en la propia Basílica, la plaza Belgrano y en altares o imágenes distribuidos por el casco histórico, que refuerzan la identidad mariana del lugar.

La construcción de la Basílica no solo consolidó a Luján como una "hierópolis" (ciudad sagrada), sino que también impuso un modelo de paisaje urbano religioso que se superpone con las dinámicas más cotidianas de la ciudad. Jesús Binetti destaca que el diseño de este espacio respondió a una visión hegemónica de la Iglesia Católica, donde los hitos religiosos se insertan en el tejido urbano y marcan una separación simbólica entre la "ciudad religiosa" y el resto de la ciudad. Esta división es perceptible en la ubicación misma de la Basílica junto al río Luján, un espacio que según Binetti busca esencializar el sitio del milagro mariano original, pese a su propensión a las inundaciones.

El paisaje en la zona histórico-basilical también refleja tensiones y transformaciones en el uso del espacio público, donde conviven expresiones religiosas tradicionales con nuevas formas de espiritualidad. Este entorno, aunque dominado por símbolos católicos, ha comenzado a incorporar nuevas prácticas, como el pentecostalismo o la espiritualidad de la "nueva era", que se hacen visibles en algunos comercios o espacios reutilizados.