El origen de Luján suele estar asociado a dos hechos: la muerte del Capitán Pedro de Luján en el Combate del Corpus Cristi y el llamado milagro de la Virgen, ocurrido en 1630 a 30 Km. del actual emplazamiento de su imagen –en la localidad de Villa Rosa-. Sin embargo, estos dos episodios ascendidos a la categoría de mitos, no alcanzan para explicar el asentamiento en esta parte del paisaje de la pampa húmeda, de un pago que irá creciendo al compás de la actividad comercial vinculada con el tránsito hacia Lima a través del Camino Real . El traslado de la imagen de la Virgen ocurrirá en 1671, a instancias de la empresa encarada por Ana de Matos, quién dispone de una capilla en las cercanías del actual casco histórico de la ciudad. La donación de tierras realizada por la viuda de Sequeiras en 1682 para que se construya allí el santuario y de otras tierras en la otra banda del río para la conservación de las limosnas de ganado de los devotos, fueron los primeros pasos hacia el establecimiento de población en sus alrededores que aún no se constituía como pueblo.
El carácter religioso como estrategia de territorialización
La posta de Luján crecía mediante el establecimiento de estancias que brindaban refugio y comida a los viajeros hacia el Norte. La actividad ganadera vinculada al ganado cimarrón (a su captura para luego mutar a la cría del mismo) resultaba un tanto esquiva para la escasa población de la época. El padrón de campaña de 1726 demuestra como en las inmediaciones de la capilla no existía otra cosa que sus dependencias y la estancia de la Virgen, donde vivían los empleados de la fábrica de ladrillos, el capataz y sus familias. En esos años, el agotamiento del ganado cimarrón llevó a los aborígenes de la zona a avanzar sobre las estancias. Es entonces cuando la población comienza a reagruparse en las inmediaciones de la capilla.
Cerca de mediados del siglo XVIII, el pago de Luján empezaba a tener cierta importancia debido a su ubicación estratégica en el cruce de caminos. Lujan no solo cumplió un papel de paso para las comunicaciones con el norte y el oeste, también era el punto de partida para las expediciones que se internaban más allá de la frontera sur, como las expediciones a las salinas. A su vez, el carácter de frontera con los indios que representaba el río aumentaba la tensión de esta zona. Un comerciante al cual la Virgen le concedió varios deseos según reconstruye Enrique Udaondo – Juan de Lezica y Torrezuri -, será el impulsor de la denominación de Villa de Españoles a la que accede Luján en 1755. La presencia de una imagen sagrada en una zona de frontera será de vital trascendencia para la elevación de Luján a la categoría de Villa. El puente que mandará a construir Lezica y Torrezuri, que como diría Darwing en su paso por el era un lujo nunca visto en estas latitudes, significará para Luján el cobro de un pontazgo destinado a principalmente a la construcción de un nuevo templo. Su situación debía responder a las características de una Villa de Españoles, por lo que se traslado el templo de su antigua ubicación a uno de los laterales de una plaza mayor. En 1759, con el otorgamiento real de la categoría de Villa de Españoles, Luján accederá a tener su Cabildo, el cual será construido también frente a la plaza.
El loteo y venta de las tierras alrededor del casco histórico será producto del testamento de Doña Magdalena Gómez de Altamirano, quién antes de morir accedió al pedido del Gobernador de Buenos Aires. La traza de 1755 muestra justamente esas tierras, las cuales hacen hoy al centro de la Ciudad de Luján. En esos años, las pulperías cumplían un rol importante en el asentamiento de la población, ya que aseguraban la provisión de las mercancías esenciales para los trabajadores rurales, además de su función como lugar de encuentro y esparcimiento. En cuanto al tamaño de las extensiones, los estancieros que se asentaron en Luján eran en su mayoría medianos (alrededor de 1000 varas de extensión). Según registra el historiador lujanense Dedier Marquiegui, sólo el 5 % aprox. de la población de la etapa colonial poseía propiedades de más de 3000 varas. Este grupo de hacendados, será el que ocupe los lugares de importancia en el Cabildo junto con un grupo de propietarios intermedios. El punto de contacto entre ambos será la actividad ganadera. Sin embargo, la orientación por esta actividad no responde a una neta identificación con el terruño, sino más bien al aprovechamiento de las condiciones espaciales y ambientales que permiten el desarrollo de la actividad en términos comerciales. La trascendencia política y económica que iba adquiriendo Luján en la última etapa colonial, está vinculada al tráfico comercial, el cual se intensificó con el Reglamento de Libre Comercio de 1778. El Cabildo de Luján, por su cercanía a la ciudad puerto y sus excelentes tierras, tendría una relación conflictiva con la capital virreinal. Cuando ocurran las invasiones inglesas, el virrey Sobremonte estuvo en Luján en su tránsito hacia Córdoba. A su vez, desde Luján se organizará parte de la resistencia a la invasión británica.
La histórica tensión entre la ciudad-puerto y el interior agroindustrial
Al estallar la Revolución de Mayo de 1810, las diversas visiones dirán presente en el Cabildo local. El descontento con el dominio español estaba signado por cuestiones esencialmente materiales, vinculadas al comercio del cuero vacuno. Los sectores sociales ligados a la actividad ganadera intentan crear las condiciones para establecer su hegemonía sobre la sociedad rural. Al trasladarse la frontera con el indio hacia las márgenes del Río Salado, Luján perderá su condición de avanzada sobre el territorio de los pueblos originarios. El crecimiento poblacional y la posibilidad que la nueva realidad socio-económica brindaba invitaban a habitar nuevas tierras alejadas del Cabildo. Esto trajo un problema a la hora de dar respuestas a las distintas cuestiones que aquejaban a la población. Por ello se crearon los “Alcaldes de la hermandad”, emisarios del Cabildo de Luján que daban respuesta a cuestiones domésticas. Con la supresión del Cabildo en 1821, estas Alcaldías comenzaron a convertirse en nuevos partidos, alcanzando en 1878, al crearse el Partido de Gral. Rodríguez, la distribución geográfica del Partido de Luján que conocemos hoy.
A fines de la década de 1840, el boom lanar fortaleció notoriamente al Partido con su prominente desarrollo ganadero. En aquellos años la zona urbana experimentó un crecimiento que triplicó su población entre 1836 (944 habitantes) y 1854 (2644 habitantes). El crecimiento urbano encuentra justificación en la reconversión productiva que el campo requiere de nuevas redes de intermediación y de comercio, pero también de la provisión de insumos y de productos destinados al mercado interno. En esos años, crece también el número de extranjeros que se asientan en Luján. Españoles, asociados al comercio mayorista; franceses e italianos dedicados a las tareas artesanales y el comercio minorista, e irlandeses que son el eje del viraje del campo hacia el ovino y la economía lanar. Esta llegada de inmigrantes solucionó la escasez de mano de obra para las faenas rurales y generó una nueva estructura de consumo local. El ferrocarril arribará en 1864 impulsando aun mas el desarrollo de la producción agrícola-ganadera.El proceso de consolidación de un modelo de sociedad, cristalizará en 1880 de la mano del modelo agroexportador. La ocupación espacial urbana se extenderá por la Av. de los Eucaliptos (actual Av. España) hacia la estación del ferrocarril. Luján empezaba a tener un desarrollo industrial vinculado a la producción de productos alimenticios y talleres dedicados a la carpintería, herrería y otros oficios. Alrededor de los cuarteles rurales del distrito que tenían estación de tren, se comenzó a dar un proceso especulativo de venta de la tierra para la formación de pueblos y la creación de chacras (tal es el caso de Carlos Keen, Open Door, Torres y Cortínez). En 1887 se comenzaron las obras para la construcción de la Basílica frente a la Plaza Belgrano, siguiendo el plan del padre Salvaire - de instalar un polo de religiosidad mariano enraizado en el pasado colonial -. Los barrios comenzaban a configurarse: el San Cayetano al sur de la Estación Basílica y el Cuartel Quinto cruzando el río hacia el oeste. La zona del hospital irá también creciendo desplazando a las quintas. La inmigración europea fue fundamental para el crecimiento de la población, esencialmente españoles, italianos y franceses. La traza urbana les rendirá su homenaje al rebautizar Av. España, Italia y Francia a las ya olvidadas Gral. Belgrano, Progreso y 8 de Diciembre. En 1893, Luján será erigida a la categoría de ciudad.
Al ritmo de los vaivenes nacionales del siglo XX
El siglo XX, irá delimitando la zona turística-religiosa del área esencialmente “local”. En 1910, la sede de la municipalidad se traslada a la Plaza Colón. En la década del 30´, con el tercer centenario del milagro de la Virgen, se darán numerosas modificaciones en Luján: la Coronación de la virgen de Luján a patrona de la Argentina, Uruguay y Paraguay; la apertura de la Avenida Nuestra Señora de Luján, que significó la expropiación y demolición de uno de los barrios más antiguos de la ciudad, la creación del Museo Histórico y las obras en la ribera que comprendían la construcción de un dique, un balneario y un paseo peatonal que unían en conjunto de edificios destinados a baños públicos, locales comercios, juegos, restaurantes y confiterías. A ello se sumó la inauguración del nuevo templo modificando sustancialmente la zona céntrica de Luján, convirtiéndola en una zona netamente turístico-religiosa.
Hacia la década del 40´, la configuración de la población irá variando debido a la influencia de las actividades industriales – en primera instancia textiles -. Según el censo de 1947, por primera vez los pobladores urbanos superan a la población rural. La industria, en la década del 60´ 70´, aportará cerca del 50% del PBI del distrito, por encima de la agricultura y el turismo. Además de textiles, se irán afianzando los talleres metalúrgicos dedicados a la fabricación de herramientas, máquinas industriales y repuestos agrícolas. Su ubicación en el espacio urbano, prefigura que el mercado al cual estaba orientaba su producción excedía el medio local, reforzando la situación estratégica de Luján respecto del área urbana de la ciudad de Bs. As. y el conurbano bonaerense.
El desarrollo urbano se diseminará hacia las barriadas populares. El eje turístico-religioso quedará segregado a la zona de la Basílica, la Plaza Belgrano, la Av. Nuestra Señora de Luján, el Complejo Museográfico, la rivera y el Parque Ameghino.
Hacia los años 80´, la planificación urbana empieza a desdibujarse, en sintonía con el proceso de transición hacia el neoliberalismo de los años 90´, cuando el crecimiento se ate a “los negocios”. Las políticas económicas se manifiestan en Luján con el deterioro de la infraestructura urbana y el crecimiento del área periurbana. Estos nuevos establecimientos serán poblado por inmigrantes nacionales. Este crecimiento poblacional en zonas no preparadas para ello, ocurrido en épocas de un Estado sin recursos para obras públicas, constituyeron a estos barrios en zonas marginales. La continuidad de dicho crecimiento ha llevado al establecimiento de familias en zonas inundables.La finalización del Acceso Oeste hasta pasada la Ciudad de Luján ha provocado una partición de la ciudad, quedando barrios del otro lado de la autopista. En particular, el caso del Barrio Juan XXIII vale destacarlo porque su única conexión es un puente de difícil acceso que lo transforma en una isla. Algo similar pasa con el barrio Ameghino. Ambos barrios son el resultado de un crecimiento no planificado de la ciudad. Otro barrio que es creado bajo la presión de la necesidad de tierras para habitar es Villa del Parque, donde un movimiento social ocupó tierras fiscales que posteriormente el gobierno local tuvo que entregar para dar solución al requerimiento habitacional. El revés de la moneda, también a instancias de la finalización de la autopista, está dado por la instalación en Luján de barrios cerrados en los márgenes de la misma o en rutas y caminos de fácil acceso. Estos barrios, se han poblado por personas que llegan a Luján en su mayoría de la ciudad de Bs. As. y del Gran Bs. As., cansados de la urbe o corridos por la “ola de inseguridad” - la hija bastarda del modelo neoliberal.
Luján hoy: disyuntiva y desafío
El carácter de nodo caracterizó desde sus orígenes a Luján. A su vez, su carácter de centro religioso nacional y latinoamericano ha producido que su crecimiento tenga influencias muy variadas. En la primera década del siglo XXI, la remodelación de la plaza y la puesta en valor de todos los edificios históricos de Luján da una nueva vuelta de página al paisaje de la zona céntrica de la ciudad. Por su parte, muchos barrios comienzan a mostrar zonas comerciales propias, lo que invita a pensar en nuevas centralidades que modifican la dinámica social de la ciudad.
Pero la gestión desinteligente de la segunda década del siglo XXI, encerrada en un localismo incapaz de resolver sus propios dilemas, recayendo sucesivamente en el retiro del Estado municipal de sus obligaciones, lo que redundó en el decaimiento de todos los aspectos relativos a la infraestructura y el espacio público.
El gran desafío de la década entrante será llevar a cabo un ordenamiento territorial basado en una planificación estratégica orientada a alcanzar un desarrollo local sostenible en el Partido de Luján.